04 de septiembre: día del inmigrante en la República Argentina
“Todos los habitantes del mundo que quieran habitar el suelo argentino”
Preámbulo de la Constitución de la Nación Argentina (1853)
Desde el año 1949, se celebra el 04 de septiembre como el “Día del Inmigrante” en la República Argentina. Se eligió esa fecha para recordar la llegada de los inmigrantes al país recordando la disposición dictada por el Primer Triunvirato en esa fecha en el año 1812, la cual establecía ofrecer “su inmediata protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio”.
Si bien la migración es un acontecimiento tan antiguo como la propia historia, en la actualidad las migraciones han cambiado pero mantienen un propósito común: la búsqueda de mejores oportunidades o salir de una situación de inseguridad.
En los últimos años, las migraciones han crecido de forma acelerada: según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para el año 2050 la cifra de migrantes a nivel mundial podría alcanzar las 405 millones de personas, pudiendo barajar la posibilidad de considerar el SXII será conocido como “el siglo de las migraciones”, ya sean voluntarias o forzadas.
El reto de los Estado en el mundo es fortalecer sus capacidades para entender las particularidades del fenómeno migratorio y las dinámicas y características de las personas migrantes. Es fundamental poder realizar una gestión migratoria eficaz desde una perspectiva integral.
Los migrantes se desplazan para escapar de una situación política, religiosa o de violencia social (migración forzada) aunque también hay grandes flujos migratorios en búsqueda de educación y oportunidades económicas y de trabajo. Asimismo, es importante mencionar también que se está incrementando la cantidad de migrantes por razones ambientales y desastres naturales: en los últimos años, 20 millones de personas fueron desplazadas a causa del clima (OIM, 2018).
La gran mayoría de las personas se desplaza al interior de su propia región y 4 de cada 10 se va a un país con el mismo idioma. Sin embargo, Estados Unidos sigue siendo el país de mayor relevancia como destino migratorio a nivel mundial.
América Latina es una región que se caracteriza por una gran diversidad cultural, resultado de los distintos procesos históricos que originaron la composición de su población.
En el caso argentino, la población inmigrante ha sido un actor protagónico. La sociedad argentina goza de una característica especial emergida de su construcción proveniente, principalmente, de la variada inmigración ocurrida desde fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Estos grupos migratorios vinieron acompañados de sus respectivos credos, estructuras sociales y costumbres y proporcionaron la impronta que hoy observamos dentro de la sociedad argentina. Las diferentes culturas llegadas al país se integraron en la sociedad receptora generando así un gran fenómeno comunicacional y un gran encuentro intercultural. La diversidad cultural en la Argentina se viene gestando hace ya varias décadas. Gran parte de los más de 200 años de recorrido histórico del país están atravesados por esa abundancia y variedad de culturas.
Argentina creció de la mano de inmigrantes que dejaron su tierra con una “valija cargada de esperanza”. Por eso, se festeja su día con el fin de cultivar las tradiciones de las distintas colectividades que habitan el suelo argentino: el gran mosaico cultural argentino.
Esta columna ha sido escrito por Marina Laura Tomasotti. Ella es Licenciada en Gobierno y Relaciones Internacionales y Magíster en Diversidad Cultural (Cátedra UNESCO – UNTREF). Asimismo, posee un Posgrado en Negocios Internacionales, un Posgrado en Gestión Estratégica para el Desarrollo Sustentable y es Especialista en Economía y Negocios con Asia del Pacífico e India y en Estudios Árabes, Americano-Árabes e Islámicos. Actualmente se encuentra cursando un Doctorado en Sociología. Es Docente, Investigadora y Consultora en temáticas relacionadas con gestión de la diversidad cultural, migraciones y sustentabilidad.
Las opiniones ha expresado en esta columna, son de los escritora y no reflejan las del The Kootneeti.