Occidente debe actuar con claridad de propósito para exponer el papel de Pakistán como partidario del terrorismo
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió con su homólogo paquistaní, Shah Mehmood Qureshi, al margen de la 76ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Durante esta reunión, ambos líderes discutieron la importancia de trabajar juntos y avanzar en Afganistán. Blinken también valoró el papel de Pakistán para facilitar la salida de ciudadanos estadounidenses y otras personas que deseaban salir de Afganistán.
Hace unos días, Blinken dijo a los legisladores estadounidenses que Estados Unidos estaba listo para revisar sus lazos con Pakistán en vista del papel de este último en Afganistán en los últimos 20 años como Aliado importante no-OTAN de Estados Unidos. Dos legisladores demócratas, Bill Keating y Joaquin Castro, habían cuestionado la duplicidad de Pakistán en Afganistán de aliarse con Estados Unidos y apoyar a los talibanes. Los legisladores pidieron a la administración de Biden que revisara las relaciones con Pakistán y que también tomara una decisión sobre si continuar o no otorgando a Pakistán el estatus de un Aliado importante no-OTAN.
Anteriormente, el 14 de septiembre, el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre la situación en Afganistán. En esta resolución, los párrafos D y G señalan claramente la participación de Pakistán en Afganistán en forma de apoyo a los talibanes. La resolución menciona que muchos miembros del gobierno provisional de los talibanes, que resultan ser los terroristas designados por la ONU y están en la lista de los más buscados por el FBI, son titulares de pasaporte paquistaní. Además, la resolución establece que Pakistán proporciona apoyo militar a los talibanes y que los combatientes de los talibanes reciben refugio seguro en Pakistán.
Si bien el apoyo de Pakistán a los talibanes y varios otros grupos terroristas en los conocidos países occidentales tiene una visión muy miope a este respecto. Es importante considerar cuál ha sido el papel de Pakistán hasta ahora como aliado de Occidente y cuál es la situación actual.
El papel de Pakistán
Para identificarse a sí mismo como una potencia destacada en el sur de Asia, así como para contrarrestar la influencia de la India en la región, Pakistán ha utilizado su ubicación geográfica y la competencia geopolítica global en su propio beneficio.
Ser un vecino de Afganistán que comparte una frontera de 2.640 km de largo y tener una comprensión de la situación en Afganistán había convertido a Pakistán en un socio preferido de los países occidentales al tratar con Afganistán.
En el contexto global más amplio, Pakistán ha sido un aliado de Estados Unidos en Afganistán desde la década de 1980. La invasión soviética de Afganistán resultó en que Estados Unidos, con la ayuda de Pakistán, financiara y entrenara a los muyahidines, que luchaban contra el gobierno comunista respaldado por los soviéticos en Afganistán.
Tras los ataques del 11 de septiembre, cuando Estados Unidos y sus aliados lanzaron ataques contra Afganistán, Pakistán apoyó a Estados Unidos. A cambio de los beneficios económicos de Estados Unidos, Pakistán acordó ayudar a Estados Unidos en su guerra contra el terrorismo. Sin embargo, es un hecho conocido que Pakistán ha continuado apoyando a los talibanes, Al Qaeda y varios grupos terroristas que operan en Afganistán, Pakistán e India.
La situación actual
A pesar del continuo apoyo de Pakistán a los talibanes y otros grupos terroristas, la abrupta retirada de Estados Unidos y el caos que siguió ha vuelto a dar a Pakistán una ventaja en los asuntos relacionados con Afganistán. Tras la retirada de Estados Unidos, la mayoría de los países están evacuando a sus ciudadanos. Debido a la inestable situación de seguridad en Afganistán, muchos países, en particular los países europeos, tienen que coordinarse con Pakistán para la evacuación de sus ciudadanos de Afganistán. En el último mes, Pakistán recibió ministros de relaciones exteriores de España, Alemania, Italia, los Países Bajos y el Reino Unido para buscar ayuda en Afganistán.
Tras la violenta toma de posesión de Afganistán por los talibanes, Pakistán ha participado activamente en la formación del gobierno allí. En las divisiones percibidas dentro de los talibanes, Pakistán se ha asegurado de tener la voz decisiva en la formación del gobierno. Para controlar la situación, Pakistán envió al Teniente General Faiz Hameed, jefe de la Inteligencia Interservicios, a Kabul. Pakistán se aseguró de que la Red Haqqani, de línea dura, obtuviera posiciones dominantes en el gobierno de Afganistán. Cuatro miembros de la Red Haqqani son parte del gobierno de Taiban, mientras que los miembros de la supuesta facción moderada de Doha obtuvieron puestos menos importantes.
La participación de Pakistán se demuestra aún más por el hecho de que miembros de dos organizaciones terroristas con sede en Pakistán, Jaish-e-Mohammed y Lashkar-e-Taiba, realizaron manifestaciones en la Cachemira ocupada por Pakistán para dar la bienvenida a los combatientes que habían ido a luchar en Afganistán junto con los talibanes.
Al dirigirse a la 76ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez habló sobre cómo la democracia se ve amenazada como consecuencia de la toma del poder de los talibanes en Afganistán. Describió la crisis en Afganistán como una gigantesca catástrofe humanitaria. Al dedicar un pasaje de su discurso a Afganistán, Sánchez enumeró los desafíos en Afganistán, como el riesgo para las vidas de mujeres y niños y la aguda escasez de alimentos. Dijo además que Afganistán no debe convertirse en un nuevo refugio para terroristas. También afirmó el compromiso de España con la paz y la seguridad internacionales.
Si bien la situación en Afganistán es alarmante, la percepción de amenaza esbozada por Sánchez no presenta un cuadro completo. Esto es cierto en el caso de la mayoría de los países occidentales. En la actualidad, Pakistán y China están tratando de obtener el reconocimiento internacional de los talibanes. Hasta ahora, salvo un puñado de países, el resto del mundo y las instituciones internacionales no han reconocido al gobierno talibán. Por su parte, los talibanes consideran su ascenso al poder como una derrota de los países occidentales y una victoria de la ideología religiosa conservadora. Esto presenta un peligro aún mayor, el de la radicalización en todo el mundo y el debilitamiento de las instituciones democráticas. Sin embargo, todo el poder de los talibanes proviene del fuerte apoyo de Pakistán. Los países occidentales, aunque son conscientes de la duplicidad de Pakistán, deben asegurarse de que Pakistán pague los riesgos de seguridad que representa para el mundo.