Explosiones en Beirut – Causas arraigadas profundas y efectos de largo alcance
El 4 de agosto, se produjeron dos explosiones en Beirut, la capital del Líbano. Estas explosiones se produjeron en la zona portuaria de la ciudad. Más de 150 personas han muerto y más de 5000 personas han resultado heridas como resultado de las poderosas explosiones. Los daños causados a la propiedad en Beirut han dejado a unas 300.000 personas sin hogar, al menos temporalmente.
Según el gobierno libanés, estas explosiones fueron provocadas por la explosión de más de 2700 toneladas de nitrato de amonio que estuvo almacenado en un almacén durante más de seis años. También se dijo que esta sustancia química se almacenaba de manera incorrecta.
Tras las explosiones, el primer ministro Hassan Diab anunció su dimisión y la de su gobierno el 10 de agosto. Ha habido protestas en Líbano contra el gobierno y los manifestantes han estado exigiendo reformas políticas en el país.
Se considera que la negligencia y la corrupción son las principales razones de esta tragedia. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas explosiones no deben considerarse un incidente aislado o un accidente. Este incidente es el resultado de problemas que se han acumulado a lo largo de las décadas. Por tanto, es necesario considerar los problemas actuales, sus causas y los posibles efectos que tendrían para el Líbano en el futuro a nivel internacional.
Desafíos actuales
Se considera que las explosiones en Beirut son resultado de años de problemas acumulados debido a la inestabilidad existente en el país. Las explosiones se atribuyen a la mala gestión y no a un accidente. La inestabilidad política, la corrupción y los problemas económicos son los principales desafíos a los que se enfrenta el Líbano en la actualidad. El incidente reciente es el resultado colectivo de todos estos desafíos.
La inestabilidad política es el mayor desafío para el Líbano desde las últimas décadas. El nitrato de amonio se almacenaba desde 2014 en la zona del puerto de Beirut. De 2014 a 2020, Líbano ha tenido tres primeros ministros. Hassan Diab, que renunció recientemente, se había convertido en primer ministro solo en enero de 2020. La inestabilidad política a su vez ha llevado a la corrupción y, por lo tanto, a la crisis económica.
Según Transparencia Internacional, Líbano ocupa el puesto 137 de 198 países y 28 de 100 en términos de parámetros para una gobernanza limpia. La puntuación de 28 indica un alto nivel de corrupción y convierte al Líbano en uno de los países más corruptos del mundo.
Además de la corrupción, el Líbano está sufriendo una grave crisis económica. Las crisis económicas van desde la escasez de electricidad hasta la inflación, la escasez de alimentos y las restricciones a las transacciones bancarias. Recientemente, el Líbano se ha convertido en el primer país de Medio Oriente y África del Norte en sufrir hiperinflación. La hiperinflación ocurre cuando la inflación aumenta a una tasa del 50% por mes durante un período de tiempo.
¿Cuál es el motivo de la inestabilidad?
El Líbano había sido una economía próspera entre los años sesenta y mediados de los setenta. También ha sido uno de los países más educados e industrializados de Medio Oriente con un sector financiero y de servicios altamente desarrollado.
Sin embargo, la guerra civil de 1975 a 1990 ha sido responsable de la mayoría de los problemas que enfrenta el Líbano en la actualidad. Las luchas sectarias y la geopolítica regional han traído inestabilidad al Líbano. El Líbano ha sido una sociedad multicultural y multirreligiosa. Las diversas denominaciones de la sociedad libanesa son musulmanes sunitas, musulmanes chiítas, cristianos católicos maronitas, cristianos ortodoxos griegos y drusos. Con el fin de equilibrar las aspiraciones de todas las comunidades, se propuso un Pacto Nacional en 1943 que distribuía diferentes centros de poder como los cargos de presidente, primer ministro, viceprimer ministro, presidente del parlamento, etc. entre estas denominaciones.
El Líbano había sido un país de mayoría cristiana. Pero durante las décadas de 1960 y 1970, la población de cristianos disminuyó y la población musulmana aumentó. La afluencia de refugiados palestinos también condujo a una mayor radicalización y disturbios. Hubo enfrentamientos entre diferentes sectas del Líbano. Además, Israel también atacó al Líbano en las décadas de 1970 y 1980 para apuntar a los palestinos. Junto con estos desarrollos, el surgimiento del grupo militante chií Hezbollah en la política del Líbano llevó aún más a una estructura sectaria inestable.
La paz y la estabilidad han sido frágiles en el Líbano. Pero es probable que las explosiones de Beirut y las secuelas empujen al Líbano hacia un futuro incierto.
Perspectiva internacional
Décadas de violencia y mala gestión económica han provocado que la gente del Líbano pierda la fe en su propio gobierno. Esto quedó fuertemente demostrado después de las explosiones de Beirut.
Dos días después de la explosión, el presidente francés Emmanuel Macron visitó Beirut. Fue el primer líder extranjero en visitar el Líbano después de este incidente. La visita de Macron agitó la atmósfera en el Líbano. La gente vitoreó a Macron mientras caminaba por las calles de Beirut. Había una sensación de expectativa en la gente de Macron y Francia. La gente compartió sus quejas con Macron. Macron, por su parte, prometió al pueblo libanés que presionaría al gobierno libanés para que impulsara reformas políticas. Durante la visita de Macron a Beirut, más de 55000 personas firmaron una petición solicitando a Francia que tomara el control del Líbano. El Líbano era previamente una colonia francesa y se independizó en 1943. Durante esta visita, Macron dijo que regresaría al Líbano el 1 de septiembre para revisar el progreso.
El presidente francés también pidió una conferencia internacional que se celebró el 9 de agosto. En la conferencia se recaudó una cantidad de 250 millones de euros para apoyar al Líbano. Pero los donantes dijeron que las reformas políticas serían la condición previa para la ayuda.
Las explosiones de Beirut han llevado al desmoronamiento del sistema político en el Líbano. Son necesarias reformas políticas urgentes y la reactivación del mecanismo político institucional. Restaurar la confianza de la gente en el propio gobierno es importante, aunque parece una tarea difícil. La alteración causada a los sistemas políticos y económicos ha provocado que la moral de la gente decaiga y ha dañado su sentido de orgullo nacional. La gente que prefiere el dominio colonial sobre la independencia es testimonio de ello.
La renuncia de todo el gobierno solo complicaría aún más la situación. El Líbano podría enfrentarse a graves disturbios civiles, si no a una guerra civil. Otra posibilidad es que Hezbollah intente hacerse con el control del país. Si eso sucede, podría conducir a dos escenarios. La influencia de Irán aumentaría, lo que podría llevar a Israel a apuntar a Hezbollah en el Líbano. En segundo lugar, el Líbano podría convertirse en uno de los puntos focales de rivalidad entre el Irán chiita y los países árabes sunitas. La creciente interferencia internacional en el Líbano en ausencia de un gobierno fuerte podría hacer que su situación sea similar a la de la vecina Siria.
La situación en el Líbano se ha acumulado durante décadas de problemas graves que nunca se abordaron. En cierto modo era una bomba que estaba esperando a explotar. Sin embargo, es necesario que el pueblo libanés impulse reformas políticas en lugar de buscar ayuda exterior. Los países extranjeros y las agencias internacionales también deben restringir su papel a la reconstrucción y el desarrollo. Estas explosiones deberían ser una oportunidad para abordar las causas profundamente arraigadas que asolaron al Líbano durante décadas.