La política exterior de España en la India: ¿De la escasa relevancia geopolítica tradicional a un aliado indiscutible?
España y la India celebran este año el 65 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas. Desde entonces, las relaciones bilaterales han sido cordiales y pacíficas, aunque los vínculos políticos, económicos y socioculturales entre ambos países no han sido especialmente significativos para afianzarlas y convertirse en socios geoestratégicos. Sin embargo, el imparable ascenso de la India como una de las potencias emergentes del siglo XXI, denominadas por el economista británico Jim O´Neill como los BRICS, ha favorecido el paulatino y progresivo interés de España por la potencia asiática, tal y como se refleja en el documento “Visión Estratégica para España en Asia 2018-2022” y en la “Estrategia de Acción Exterior 2021-2024”.
Así pues, en la actualidad, una de las prioridades de la política exterior española es estrechar los lazos e intensificar las relaciones con la India. España ha tenido tradicionalmente un escaso peso y protagonismo en el continente asiático, pero los líderes políticos nacionales son conscientes de que Asia será el escenario de grandes retos globales, tales como el cambio climático o el comercio multilateral, por lo que es fundamental para España convertir a la India en un aliado clave y contar con su apoyo y confianza. Algunas de las iniciativas más interesantes ya plasmadas en la “Estrategia de Acción Exterior 2021-2024” son el redespliegue consular y del Instituto Cervantes en la India, el impulso a la diplomacia económica y climática, el fomento de los acuerdos comerciales, o la promoción de la cooperación cultural y educativa.
La ambición y el interés de la política exterior española en la India se ve reforzada porque, sin duda, para Bruselas el país asiático también es una prioridad y, desde hace décadas, ha tratado de forjar una Asociación Estratégica con valores e intereses compartidos, así como se han profundizado las relaciones comerciales y de inversión. Sin embargo, el compromiso y voluntad de la Unión Europea para estrechar las relaciones con la India parecen ir más allá en 2021, tal y como se aprecia en la “Estrategia de la Unión Europea para la cooperación en el Indo-Pacífico”. La Estrategia se basa en la gobernanza democrática y multilateral y en un enfoque transversal e integrado para enfrentar de manera coherente y eficaz los desafíos globales.
Asimismo, el compromiso y la voluntad de Bruselas también incluye ayudar a la gestión de la crisis de la COVID-19, puesto que la situación epidemiológica en la India es muy grave. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Layen, ha propuesto a los Estados miembros responder a la petición de asistencia de carácter urgente del gobierno indio enviando recursos como medicamentos o equipos de soporte respiratorio. El próximo 8 de mayo estaba prevista una cumbre en la ciudad portuguesa de Oporto entre los líderes de la Unión Europea y la India, que finalmente se llevará a cabo en formato virtual ante la gravedad de la situación del país asiático.La cumbre refleja el interés compartido por profundizar en las relaciones geoestratégicas y alcanzar acuerdos ambiciosos, equilibrados y beneficiosos para Bruselas y Nueva Delhi.
Sin embargo, a pesar de la decidida apuesta de España por la India para reequilibrar sus fuerzas en la región del Indo-Pacífico, sus relaciones no están exentas de retos. En primer lugar, España debe superar la imagen exterior que predomina en el país de la España de finales del siglo XX, más atrasada y menos moderna, en comparación con otros países europeos. Así pues, es esencial llevar a cabo una campaña que refuerce la Marca España y ponga en valor su economía dinámica, competitiva e innovadora, su liderazgo en el sector turístico, su patrimonio artístico, histórico y cultural, su gastronomía o la calidad de las infraestructuras de transporte. En segundo lugar, las graves consecuencias de la crisis de la COVID-19 en ambos países podrían suponer una ralentización en los acuerdos y acciones de política exterior para estrechar los lazos. La COVID-19 obligará a centrar los esfuerzos y recursos en la recuperación económica y social a nivel nacional, lo que podría impedir alcanzar acuerdos y logros significativos en el corto-medio plazo. Por último, España ha tenido tradicionalmente una escasa relevancia geopolítica en la región del Indo-Pacíficoy, por tanto, su capacidad de liderazgo e influencia en los conflictos regionales que afectan a la India como, por ejemplo, el conflicto de Cachemira, es limitada, lo que podría conducir a que la India tuviese un mayor interés y afinidad con otros socios en el escenario internacional.
Para concluir, a pesar de los retos, España y la India pueden convertirse en aliados clave en un escenario internacional cambiante y complejo con el fin decompartir ideas, cooperar y poner en marcha iniciativas que permitan resolver con eficacia y coherencia los grandes desafíos del siglo XXI, tales como el cambio climático, el fomento de organizaciones internacionales fuertes y legítimas, el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional o la promoción de la democracia y los derechos fundamentales. El 65 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países puede ser un punto de inflexión para reforzar su compromiso y convertir todas las buenas intenciones y deseos en una realidad.