Agitación en calles de Bolivia; Morales y Mesa siguen enfrentados por auditoría

Las protestas continuaban el martes en Bolivia y la policía lanzaba gases lacrimógenos en la capital y la central Cochabamba, mientras persistían las diferencias entre el gobierno y la oposición por una auditoría a los resultados de los comicios en los que se ha denunciado fraude.

Una ola de protestas ha sacudido Bolivia desde el 20 de octubre, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió sorpresivamente la publicación de los resultados de un recuento electrónico de votos, que finalmente otorgó al presidente Evo Morales, de 60 años, un cuarto mandato de cinco años.

La interrupción, tras la cual hubo un cambio de tendencia en favor del mandatario, llevó a su principal rival, el expresidente Carlos Mesa, a denunciar un fraude electoral.

El incremento de la agitación en las calles y la polarización de las partes no anticipan una pronta solución de la crisis, según analistas.

“El señor Carlos Mesa ha hecho un esfuerzo violento, terrible y abusivo para desconocer esta victoria”, dijo temprano el vicepresidente, Álvaro García Linera a periodistas en la llamada Casa Grande del Pueblo o la sede de gobierno, en un encuentro en el que no respondió preguntas.

“Y es por eso que nosotros, de la manera más transparente, segura y confiada en la soberanía del pueblo es que hemos invitado a una auditoría internacional (…) El día de hoy queremos pedirle al señor Carlos Mesa, al candidato perdedor, que se sume a la auditoría que llevará adelante la OEA”, añadió.

Horas después Mesa, de 66 años y que gobernó Bolivia del 2003 al 2005, respondió que antes de aceptar ser parte de la revisión de la OEA, el gobierno debía decir primero si se comprometía a que sus resultados fueran vinculantes o de obligatorio cumplimiento.

Si bien Morales ha propuesto que la OEA audite la votación y que iría a una segunda vuelta si se halla evidencia de fraude, mantiene que salió victorioso de la contienda del 20 de octubre y no ha dicho claramente si acepta de forma obligatoria el resultado de la revisión, una demanda de la oposición, que desconfía de las autoridades electorales locales.

El ministro de Comunicación, Manuel Canelas, sin embargo, dijo en conferencia de prensa que “desde el momento que nosotros vamos a realizar una auditoría sobre los resultados, es evidente que esos resultados son susceptibles de ser modificados (…) nada más vinculante que eso”.

“El gobierno nos pregunta a nosotros y yo le contrapregunto: ¿están dispuestos a reconocer que el resultado final del TSE, que no es otra cosa que un instrumento del gobierno, no son los resultados que se pueden aceptar?”, dijo Mesa a periodistas en Santa Cruz, una ciudad agrícola e industrial de Bolivia.

Mesa dijo además que para salir de la crisis “todos los caminos están abiertos. No tenemos la menor duda de que una nueva elección sería lo ideal, siempre y cuando esa nueva elección no sea parte de una manipulación para llegar una prolongación en el poder de Evo Morales más allá de su plazo de termino de gobierno” en enero del 2020.

Hasta ahora no se ha informado cuándo podría comenzar la revisión de los votos ni cuánto tardaría en dar sus resultados, pero ambas partes coinciden en que debe ser un proceso rápido.

BARRICADAS EN LAS CALLES

En La Paz, manifestantes de la oposición montaron barricadas. Policías antidisturbios se alinearon en algunas calles, separando en algunos casos a los partidarios de Morales de sus oponentes. Se usaron gases lacrimógenos en al menos dos lugares para dispersar marchas, según testigos Reuters.

En algunas de las manifestaciones se oían consignas pidiendo la renuncia de Morales y nuevas elecciones.

En el departamento de Cochabamba, en el centro del país, se presentaron choques entre partidarios y opositores del gobierno en escaramuzas con piedras y palos.

“En este momento la auditoría no sirve de nada”, dijo Pamela Vélez, una auditora financiera de 37 años, al asegurar que tras más de una semana de los comicios ya el gobierno “tiene todo arreglado” para que una revisión no encuentre irregularidades.

Pero “el mensaje al hermano presidente Evo Morales es que no está solo, que el pueblo está a su lado”, dijo Hugo Torres, dirigente minero, mientras caminaba en medio de una muchedumbre de partidarios del mandatario hacia la casa de gobierno el lunes por la tarde.

“El país está dividido, ni duda cabe”, dijo el analista Álvaro Del Pozo, profesor de derecho internacional en la Universidad San Francisco, en La Paz. “Cada una de las partes no termina de reconocer que hay otra Bolivia que piensa antagónicamente la otra”.


You may also like...